Una de las claves del resultado de la Cirugía Plástica es la terapia pre y postoperatoria, en la mayoría de los procedimientos realizados en la especialidad. El tratamiento Pre quirúrgico esta orientado a preparar la piel y el tejido de la zona a tratar para una mejor recuperación posterior.
La linfa es un líquido presente en el organismo de todas las personas. Este líquido amarillento, se encuentra entre las células de nuestros órganos. Esta compuesto de restos de grasa, células muertas (benignas, malignas, bacterias, etc.), partículas, agua, proteinas y otras células comunes de la sangre, como los linfocitos, que se encargan de la defensa del organismo. La linfa se depura y es filtrada por los nódulos linfáticos también denominados ganglios linfáticos antes de retornar a la circulación general.
Los vasos linfáticos se encargan de llevar la linfa que se origina a nivel de los tejidos hacia el sistema venoso y la reincorpora a la circulación sanguínea. Estos vasos se encuentran presentes en prácticamente todo el organismo. Poseen forma en dedo de guante y se comunican entre sí formando una red de pequeños vasos denominados capilares linfáticos.
La terapia postoperatoria es una terapia complementaria a la cirugía, que reduce el tiempo de recuperación en forma eficaz. Se basa principalmente en disminuir el edema a través del drenaje linfático, El drenaje linfático manual es muy importante en los tratamientos y cuidados tras la cirugía estética.
Al ser una técnica manual que mejora la circulación linfática, su utilización va a ayudar a eliminar antes todos los demás post-quirúrgicos. Gracias al DLM mejoramos la cicatrización del tejido, eliminamos o disminuimos las molestias postoperatorias y aceleramos la recuperación.
- Disminuir el dolor y la inflamación Mejorar la cicatrización y evitar fibrosis subcutánea en liposucción
- Evitar contractura capsular en las mamas de aumento Acelerar la desaparición de equimosis y otros beneficios
Se aplica en todas las intervenciones de cirugía estética; entre ellas destacamos:
Tras la liposucción o lipoescultura, donde se forma bastante edema y equimosis (moratones) a consecuencia del trauma quirúrgico, es imprescindible para la reabsorción del edema. Su correcto empleo reduce en varias semanas el tiempo total de recuperación.
La abdominoplastia (Es la cirugía del abdomen. Un procedimiento quirúrgico complejo de reconstrucción de la pared abdominal). Es la intervención que más daños produce en el sistema linfático, por ello es imprescindible un correcto tratamiento postoperatorio. El drenaje linfático manual ayuda a redirigir la circulación linfática hacia vías alternativas de drenaje no dañadas por la cirugía y a disminuir la hinchazón o inflamación del abdomen.
En la mamoplastia de aumento (aumento de pecho) el DLM disminuye la inflamación del seno, su correcta aplicación demuestra su eficacia desde el primer día, disminuyendo las molestias, sobre todo cuando los implantes están en posición submuscular . Los implantes en posición subglandular o subfascial también se benefician del drenaje linfático manual.
Tras el lifting, intervención que también daña el sistema linfático superficial, las maniobras correctamente aplicadas aceleran la recuperación. El trauma quirúrgico sobre el sistema linfático obliga a adaptar las maniobras y direcciones de drenaje linfático.
En la blefaroplastia (es una cirugía que tiene la finalidad de rejuvenecer la apariencia del rostro a través de la intervención de los párpados), el drenaje linfático acelera la reabsorción del edema, al igual que tras el lifting , debe realizarse con precaución sobre todo en las zonas próximas a las cicatrices.
Otras intervenciones que también se benefician del drenaje linfático manual son:
- La mamoplastia de reducción (reducción de los senos), mastopexia (elevación del pecho), rinoplastia , y en general, todas las intervenciones de cirugía estética, en las que como primera consecuencia se forma edema.
- En el tratamiento de las cicatrices, el drenaje linfático manual es la primera medida adoptada para facilitar la cicatrización. Al reducir el edema se facilita la llegada de nutrientes y salida de desechos metabólicos necesarios para una buena cicatrización.
- En la reconstrucción de mama, independientemente de las técnicas reconstructivas utilizadas (con implantes y espansores mamarios o con tejido antólogo), el drenaje linfático es muy útil en todas las fases del proceso reconstructivo. La posible linfadenoctomia axilar (extirpación de los ganglios linfáticos de la axila), puede obligar al terapeuta a efectuar el drenaje linfático buscando vías alternativas de drenaje. Además de los cuidados tras la reconstrucción de mama, el drenaje linfático manual es imprescindible en el tratamiento o prevención del linfedema postmastectomia.
El DLM es una técnica de masaje suave, que no traumatiza el tejido, y favorece la desinflamación del mismo. Por esta razón, se puede comenzar a utilizar según la operación realizada, desde las 24 ó 48 horas siguientes a la intervención. El tiempo de comienzo lo decide el cirujano plástico que realizó la intervención. Tras las liposucciones y en otras intervenciones donde no conviene la movilización temprana de la piel puede ser necesario demorar el comienzo hasta que transcurran de 5 a 7 días.
Para mejorar o mantener los resultados conseguidos con el drenaje linfático es necesario utilizar otras técnicas o terapias como complemento, estas son Ultrasonido, Ozonoterapia, Alta frecuencia, Presoterapia, Vendajes.
Los resultados obtenidos también pueden potenciarse con el aumento en la ingesta de líquidos, ejercicios específicos de movilización.
Recomendamos un mínimo de 7 a 10 sesiones de DLM tras la intervención. Lo ideal sería realizar las sesiones dos veces por semana durante la primera quincena, espaciándolas posteriormente dependiendo de la recuperación. Este tratamiento a partir de los dos meses se puede orientar al tratamiento de la cicatriz.
La técnica de ejecución debe ser precisa y la movilización de la piel durante la primera semana debe ser mínima para facilitar la correcta retracción de la piel. La intervención puede dañar vasos linfáticos y las uniones de la piel con las estructuras inferiores; la movilización precoz de la piel podría dificultar la correcta regeneración linfática y la creación de enlaces que unan la piel con las estructuras subyacentes. Un exceso de movilización podría tener como resultado una piel más flácida, empeorando el resultado de la intervención. Es por esto MUY IMPORTANTE que el masaje lo realice un profesional que este especializado en la técnica de drenaje linfático manual.
No se puede dar un drenaje linfático si se tienen indicios de enfermedades tumorales, ni si se produce una infección.